09 noviembre, 2012

LA PAZ QUE YO QUIERO!

 

Se han detenido ustedes a pensar que es la paz? Todos queremos la paz, todos hablamos de paz, ahora todo en el gobierno, los diarios, las emisoras, los noticieros, todo absolutamente todo está girando alrededor de este tema.

Pero que es la paz? Quien determina un estado de paz?

Se me hace que este tema tiene tanto de largo como de ancho y nadie va a tener la última palabra. Infelizmente le tengo que decir a todos aquellos que se encuentran altamente ilusionados con el proceso de paz que se adelanta con las FARC, que la paz de la que ellos hablan está lejos de ser la paz que queremos los colombianos.
Lo digo porque muchas veces me he ilusionado con poder vivir tranquilo en un maravilloso país que tiene todas las condiciones para ser el mejor vividero del mundo, pero nuevamente caemos en el mismo círculo vicioso de la violencia. 
Si bien las FARC son la organización que mas nos atormenta y su prontuario criminal parece interminable, no son ellos los únicos actores de la violencia en Colombia. Cuando Pablo Escobar calló en Medellín fue un momento eufórico en el que creímos cerrar un capítulo negro de la historia del país, pero no fue así, detrás de él vinieron otros que si bien no fueron tan maquiavélicos, también sembraron terror y desolación en Colombia. Así que los ejemplos de la hora de la paz son innumerables, la desmovilización del M19, de los Paramilitares, desarticulación de la oficina de Envigado, el cartel de Medellín, el cartel de Cali etc. Y todavía no llega la tan anhelada paz.  Entonces deseando de corazón que las negociaciones de paz con las FARC lleguen a feliz término (sin impunidad y/o indulto, ni elegibilidad) sigo pensando que a pesar de ellos dejar de delinquir no cesaría la violencia. Disminuiría? Si, tal vez un poco, pero no se erradicaría.

Lastimosamente un negocio tan lucrativo como el narcotráfico en un país altamente desigual y con gran carencia de valores, tiene muchas personas dispuestas a sacrificar su tranquilidad, su estabilidad, su familia, sus amigos y sus costumbres por la enorme riqueza que les podría traer en cuestión de semanas este jugoso negocio, trayendo consigo las terribles disputas por poder, por dominio, por terrenos y por personal dispuesto a hacer lo que sea necesario por plata.

Yo quiero la paz, pero quiero una paz duradera una paz que no se logrará negociando y dándoles concesiones absurdas a los bandidos sino que se logrará fortaleciendo el gobierno, fortaleciendo las instituciones, fortaleciendo la educación, trabajando fuertemente los valores desde la infancia.
Me he preguntado una y mil veces cómo hacer para erradicar la corrupción, como quitar esa maldita idea de que mientras haya la oportunidad se debe sacar tajada?, la respuesta no será otra que empezar por cultivar los valores en nuestros niños, el respeto por una premisa tan sencilla como “El bien colectivo prima sobre el bien común”, así nuestros políticos deberían entender que antes que llenarse los bolsillos propios, se debería llenar el estómago de aquellos que tienen hambre, se debería proporcionar salud a quienes están enfermos, se deberían construir acueductos para la comunidad en lugar de mansiones para sus mandatarios, se deberían construir vías que permitan el comercio y por consiguiente el desarrollo de las poblaciones marginadas, se debería pensar en trabajar más para la comunidad y por la comunidad, y menos para el bolsillo propio, sólo así podremos algún día alcanzar un estado similar al de la Paz.

Nota: Basta de políticos y personas corruptas que se hacen ricos robando dinero de la salud, del alcantarillado, de los acueductos, de las vías, es decir del bien estar de la comunidad, lo peor es que se pavonean por los más altos clubes sociales como personas honorables y prestigiosas. Que desagrado, que repudio, que asco me producen estas personas que someten a familias enteras a sufrimientos indescriptibles por su maldita avaricia. Entiendan que los servidores públicos no son Dioses, son personas que están al servicio de la comunidad, no al contrario.


Por: Juan Manuel Jaramillo – @JuMaJaRa

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