04 diciembre, 2013

RECORDAR ES VIVIR





Dicen que recordar es vivir y, por lo general, esta frase la utilizamos para referirnos a situaciones felices de nuestro pasado que nos encantaría suspender en el tiempo y disfrutarlas eternamente.

En lo personal, debo decirlo, no me alegra estar escribiendo sobre asuntos negativos de nuestro país o de mi ciudad en particular, preferiría poder dedicar estas líneas y este espacio, más que a la crítica, a la construcción de sociedad y cultura desde las acciones de cambio; sin embargo para poder hacerlo es necesario preparar el terreno, pues si este no se encuentra en buenas condiciones todo el trabajo será en vano y todas las ideas y propuestas caerán en saco roto y se perderán para siempre.

Es por esto que debo hacerles recordar, con la posibilidad infeliz de vivirlo nuevamente, un amargo capítulo de la historia colombiana. Por supuesto que me estoy refiriendo al viejo, sonado y refrito proceso 8.000, que nos tuvo hasta la coronilla porque atestó de noticias e información todos los medios de comunicación del país. Pero vaya sorpresa, a pesar de ser uno de los más amargos capítulos que ha sufrido nuestra democracia y de haberse tenido toda la evidencia posible, los responsables nunca fueron judicializados y se pavonean hoy por la más alta sociedad como distinguidas personas que posan de intelectuales y dan opiniones sobre los temas del país sin siquiera sonrojarse. 

Lo más grave de todo es que si no prendemos las alarmas a tiempo este capítulo se repetirá, porque sus principales actores, con el sigilo de un felino salvaje, se agazapan en la maleza y están esperando el momento preciso para abalanzarse de nuevo sobre su presa que, para el caso presente, es nada más que la democracia de nuestro país, la más vieja de Suramérica.

El fin de semana pasado se realizó una convención del Partido Liberal en la cual se determinó que el “Señor” Horacio Serpa, será la cabeza de la lista al Senado de la República por dicho movimiento. ¿Habrase visto semejante atropello a la razón y la dignidad de un país?

En dicha convención posaron alegres y sonrientes 3 personajes funestos para la democracia colombiana, 2 de ellos expresidentes, y todos ligados por graves escándalos en sus hojas de vida. Nos referimos claramente a César Gaviria, que hoy nos venimos a enterar que tuvo en sus manos, 3 días antes de las elecciones presidenciales de 1994, las grabaciones que confirmaban la participación directa del narcotráfico en la campaña presidencial en la cual salió electo Ernesto Samper Pizano. El entonces Presidente Gaviria escondió aquellas grabaciones y permitió que entrara al Palacio de Nariño el más grande elefante que sólo las autoridades del país no vieron.

Fuera de este acontecimiento no hay que olvidar que fue Cesar Gaviria quien construyó La Catedral, un lugar de recreo con ostentosos lujos para “encarcelar” al más peligroso asesino que tuvo Colombia por esos tiempos, el narcotraficante Pablo Escobar. Ese lugar más que una cárcel fue una mansión de recreo y una oficina para dicho narcotraficante, que incluso contaba con una central de telecomunicaciones más avanzada que la de los organismos de inteligencia de aquel tiempo. ¿Cómo pudo un Presidente de la República rendirse a los pies del narcotráfico?

Apareció de nuevo Ernesto Samper, el elefante en persona, el más vergonzoso de los presidentes que hayamos tenido al que incluso los Estados Unidos de Norteamérica le quitó su visa por estar directamente ligado al narcotráfico. Este sínico personaje se sostuvo con su sonada frase “todo fue a mis espaldas” y cuesta bastante creer que entraron a su campaña 15 Millones de Dólares, que al día de hoy continúa siendo una cantidad absurda de dinero, pero hace 20años era todavía más, sin que él lo percibiera. Con los sucios dineros del narcotráfico, habidos con sangre, mutilaciones, asesinatos, secuestros y toda la porquería movida por ese maldito negocio, Samper pudo comprar la justicia y todo lo necesario para que, hasta el día de hoy, siga impune.

La alianza GASS, como la denominó Andrés Pastrana (Gaviria, Samper y Serpa) se complementa con Horacio Serpa, fiel escudero de Ernesto Samper y hoy cabeza al Senado por el Partido Liberal. Este delincuente tiene en su prontuario el transporte de grandes sumas de dinero, en aviones proporcionados por la misma mafia, para diferentes regiones del país. Dinero con el cual se compraron conciencias y votos para lograr el más amargo capítulo de la historia que culminó con la elección de Ernesto Samper como Presidente.

Ahora estos 3 sujetos se presentan como “La renovación y el cambio” en la política colombiana, parece cómico pero lamentablemente es real, y al maravilloso circo se suma el cantinflesco personaje que hoy tenemos por presidente, Juan Manuel Santos, para complementar esta faena. Mejor dicho se alinearon las estrellas para que los colombianos sintamos vergüenza y arrepentimiento por el “Show” que comenzó en el 94 y quiere continuar su función.

Santos ha hecho todo lo posible por ser el personaje más desprestigiado del país, gobierna con el Partido Liberal, revive a los personajes del 8.000, le da vida a una guerrilla moribunda y miente descaradamente al maquillar las cifras de los indicadores nacionales y a todo esto le suma que va por la reelección porque está “haciendo bien su tarea” ¿Será acaso acabar con el país?

Estimados lectores, está en nuestras manos el voto castigo, tenemos en frente la decisión que permitirá revivir las dolorosas épocas del narcotráfico o continuar por la senda de la seguridad democrática que, por 8 años, le dio un enorme impulso al país.  Los colombianos somos de memoria corta y selectiva, pero hay que ayudar a la gente a recordar quienes son los que ahora comandan el Partido Liberal e impedir que cualquier voto se desvíe hacia sus urnas.

Votemos a conciencia por quienes  sean  una verdadera renovación y salvamos a Colombia de caer de nuevo en el abismo.


@JuMaJaRa

27 noviembre, 2013

SIN CAFÉ NO SOMOS NADA.






Tal vez como mecanismo de defensa para poder sobrellevar la difícil situación que nos ha tocado vivir, seguramente desde mucho antes que el libertador nos librara del yugo Español, los colombianos hemos decidido borrar nuestra memoria histórica o por lo menos hacerla selectiva y creo que por ese motivo Colombia es un país sin memoria.

Se entiende que para tantas tragedias que nos ha tocado soportar nuestros cerebros hayan optado por guardar en un rincón olvidado aquellos recuerdos que se convierten en una carga para vivir, a los colombianos nos ha tocado padecer innumerables tragedias, no solo por la violencia que históricamente nos ha azotado, sino también por fenómenos naturales. Sin embargo con gran valentía hemos continuado nuestra marcha sin perder la esperanza de que algún día todo cambie y podamos vivir tranquilos en nuestro anhelado paraíso.

Lo que no podemos permitir es que nuestra memoria nos falle ante otros hechos que fueron de vital importancia para nuestra vida y para el desarrollo de nuestra economía. No podemos olvidar que en nuestro país, agrícola por naturaleza, hay sectores que han debido llevar sobre sus hombros el peso de la economía nacional cuando las condiciones no le eran favorables al resto de los sectores.

Con gran dolor hemos visto como en los últimos años los cafeteros han sufrido difíciles embates, no sólo por la crisis mundial sino porque se encuentran ante un gobierno indolente que aún no logra comprender sus necesidades y mucho menos conectar con ellos para definir soluciones. 

Juan Manuel Santos no ha querido entender a los cafeteros, y en un afán por apaciguar sus ánimos hasta les regaló tabletas con la esperanza de hacerlos desistir de un justo paro. Qué triste remedio para el sector más importante de la economía agrícola nacional, que no está pidiendo limosnas ni mucho menos, lo único que piden es que en estos momentos de crisis el país les devuelva algo de lo que, en otras épocas de abundancia, ellos dieron a nuestra patria. Ojalá esas tabletas sirvieran para mejorar el precio internacional del café, o para alivianar las deudas de los cafeteros o por lo menos para comprar insumos para la producción, pero se necesitan menos de dos dedos de frente para comprender que eso no sucederá.

Por esos actos incomprensibles de un gobierno con estilo mafioso, dónde todo se soluciona regalando cosas absurdas o prometiendo soluciones billonarias, Juan Manuel Santos fue víctima, en el parque central de Chinchiná - Caldas, de la chiflada más grande que se haya registrado en la historia a un presidente colombiano.

Por otro lado hay que aclarar que difícilmente en el mundo Colombia sea reconocida por algo diferente a su violencia histórica y a la producción de drogas, que Hollywood se ha encargado de difundir con equivocadas apreciaciones; Pero apartando un poco esa imagen negativa a Colombia se le reconoce mundialmente como un gran productor de café de excelente calidad, el  posicionamiento de imagen que se ha logrado es inmenso y no logro entender por qué aún no ha sido explotado. El paradigma erróneo de mezclar nuestro café de alta calidad con cafés importados de baja calidad para venderlo a un precio competitivo hay que derrumbarlo, el café colombiano per-se se podría vender a un precio superior por ser un café de alta calidad y con seguridad el mundo sabría apreciarlo. Por eso es comprensible el dolor que sintieron nuestros cafeteros cuando a un “brillante” ministro del actual gobierno se le ocurrió decir que deberían dejar de quejarse tanto y empezar por reemplazar los cultivos de café por otra clase de cultivos, menuda ocurrencia! 

A este “genio” le haría sólo una pregunta, ¿Cuánto tardaríamos y cuanto nos costaría posicionar una imagen, como la que tenemos actualmente a nivel mundial de la calidad de nuestro café, con otro producto?

Por mucho tiempo los cafeteros sostuvieron al país y en algunas ocasiones cumplieron incluso con tareas que le correspondían al gobierno, como electrificar poblaciones o construirles alcantarillados y acueductos, al día de hoy parece que nada de eso se les reconociera o nadie quisiera recordarlo.

Los cafeteros tienen en frente a la Federación Nacional de Cafeteros, que nació como un organismo para ayudarlos y traerles beneficios, pero en una situación absurda se ha convertido en su verdugo, su mayor obstáculo para poder exportar libremente y su peor enemigo que alberga un cáncer burocrático dónde el despilfarro de dinero en opulentas obras, que nada tiene que ver con su actividad principal, es el pan de cada día. 

Por eso su mayor inquietud es, ¿A dónde han ido los dineros de millonarias transacciones por la venta de empresas y bancos que eran de su propiedad? ¿Por qué la federación nunca revela sus cifras para entender dónde se encuentra el dinero? 

Mientras el presidente de la Federación Nacional de Cafeteros gana más de 50 millones de pesos mensuales, los productores de todo el país pierden grandes sumas de dinero cada que logran vender una carga de café. Y lo peor está por venir para nuestra economía, cuando el próximo año los cafeteros no sean capaces de cumplir con sus obligaciones y pagar las deudas en los bancos, ¿Qué haremos para entonces?

Los colombianos tenemos que recordar que gran parte del desarrollo de nuestro país se lo debemos a los cafeteros y es este el momento para salir a apoyarlos y tenderles la mano hasta que se recuperen y vuelvan a ser el motor de la economía colombiana, como históricamente lo han sido, porque tenemos que entender que sin café no somos nada.

@JuMaJaRa

12 noviembre, 2013

EL PRESIDENTE DESCONECTADO

Foto tomada de semana.com
Juan Manuel Santos se encuentra desconectado del pueblo y sus necesidades, hasta ahora no muestra signos de compenetración con sus gobernados y es por eso que su imagen y aceptación siguen en una caída vertiginosa




Cierta gracia me ha causado cómo los venezolanos de la oposición han apodado a los miembros del gobierno los “desenchufados”, la verdad es que desconozco el origen del apodo pero tal vez sea el mismo que le da el título a este artículo dónde les contaré por qué Juan Manuel Santos es un presidente “desenchufado” o desconectado de las necesidades reales del pueblo.

Si miráramos atrás e hiciéramos un pequeño análisis de los últimos Gobiernos de nuestro país podríamos decir que Cesar Gaviria fue el Presidente de la apertura económica, y en ello se basó su Gobierno. Ernesto Samper fue el Presidente del proceso 8.000, no hay nada que rescatar de su Gobierno. Andrés Pastrana fue el Presidente que se la jugó por la paz, a pesar no haberle salido bien, los colombianos lo elegimos en aquella época para que realizara un proceso de paz con las FARC y esto sirvió para entender que lo que menos le interesa a ese grupo narco-terrorista es firmar cualquier acuerdo que afecte su principal actividad que es el narcotráfico. Álvaro Uribe fue el presidente de la seguridad democrática y gracias a esa seguridad se afectaron positivamente muchos otros importantes indicadores para el país.

Ahora vamos a mirar el caso del presidente Juan Manuel Santos, dónde lo primero que hay que anotar es que se hizo elegir como la persona que le daría continuidad a las políticas del gobierno Uribe, allí lo fundamental era mantener, como mínimo, la seguridad democrática y además existían unos inamovibles para dialogar con cualquier grupo al margen de la ley como por ejemplo el cese de hostilidades.



Todo lo anterior fue traicionado por el actual Presidente que fue elegido con unas políticas y gobierna con otras exactamente contrarias. Esto, además de hablar muy mal del personaje hace un daño terrible a la democracia de nuestro país, pues afecta lo confianza de los electores en los candidatos y sus promesas de campaña. Un buen político, ante todo, debe ser trasparente y guardar siempre coherencia, cualidades que no se destacan en el actual mandatario. 

Juan Manuel Santos se encuentra desconectado del pueblo y sus necesidades, hasta ahora no muestra signos de compenetración con sus gobernados y es por eso que su imagen y aceptación siguen en una caída vertiginosa, y tal vez él sea consciente de la situación y por ese motivo haya decidido invertir miles de millones de pesos en publicidad para destacar los logros de su gobierno, sin embargo, esto no ha sido suficiente pues según la última encuesta de Invamer Gallup el 67% de los colombianos opinan que el país va por mal camino (Cifra que no lo deja muy bien parado).

Este Gobierno además de estar desconectado es un Gobierno mentiroso, nos han querido vender el cuento de haber creado más de 1 millón de empleos y aseguran haber disminuido la cifra del desempleo en casi 1 punto porcentual, al haber bajado de 9,9 a 9,0 en lo que va corrido del año. Un análisis superficial sería suficiente para encontrar lo ilógico de esta cifra, cuando se conoce que la economía se ha desacelerado, que no alcanzaremos la meta de crecimiento para el presente año y además que la industria y el comercio han disminuido al igual que el turismo. Entonces ¿dónde se han generado esos empleos?.  Nos venden una cifra mentirosa pues, según la última encuesta de Invamer Gallup, el desempleo es el principal problema que debe ser resuelto por el próximo Presidente. Este problema representa el 25,2% de los problemas que deben ser resueltos de manera prioritaria, ocupando el primer lugar en la lista.

En tercer lugar se encuentra la corrupción que no cuadra para nada con el ególatra eslogan del país Justo, Moderno y Seguro (JMS que es la sigla que concuerda exactamente con las iniciales del nombre de nuestro vanidoso Presidente), si nos están vendiendo un país justo ¿por qué una de las principales preocupaciones de los colombianos es la corrupción actual?

Por último quiero resaltar que si fuéramos a definir el gobierno de Juan Manuel Santos, podríamos decir que es un gobierno que tiene como principales políticas un proceso de paz, que los colombianos no pedimos, ni aprobamos  y la construcción de viviendas para los más pobres que se ven más como un regalo con el fin de conseguir votos para una reelección que como una convicción del Gobierno.

Estas dos políticas principales contrastan con la última encuesta dónde la guerrilla se encuentra dentro de las primeras 5 preocupaciones de los colombianos, parece un poco ilógico que mientras se dialoga con estos bandidos el pueblo colombiano los sigue sintiendo como un flagelo que necesita rápida solución, esto habla mucho del descuido de la seguridad democrática. Por otro lado la construcción de vivienda popular ocupa un lánguido puesto 14 dentro de los principales problemas a ser resueltos en Colombia y es una de las principales políticas del actual Gobierno.

En resumen, llevamos un año de negociación con la guerrilla y sin embargo ésta sigue siendo de gran preocupación para los colombianos pues, contrario a lo que se pensaría, han incrementado sus actividades criminales y terroristas, y por otro lado aquella política de vivienda para los más pobres, a la que tanta publicidad le han hecho y que han presentado como un tema prioritario, no preocupa a la gran mayoría de los colombianos encuestados pues piensan que este tema no es tan importante en este momento.

Sin duda alguna Álvaro Uribe con un sorprendente 73,2% de favorabilidad, sigue siendo, de lejos, el personaje más querido por los colombianos, esto sumado al repunte de Oscar Iván Zuluaga en las encuestas y al posicionamiento del Uribe Centro Democrático, que aún sin estar constituido se presenta como el principal movimiento político del país, incluso por encima del Partido Liberal, el Partido de la U, el Partido Conservador y todos los otros, nos muestra que el movimiento político encabezado por el exmandatario dará una gran sorpresa en las próximas elecciones, mientras que el “desenchufado” e iluso Juan Manuel Santos sigue soñando con su reelección.

Las elecciones del 2014 están como para alquilar balcón.


Puntilla: Las Fuerzas Militares siguen siendo la institución preferida por los Colombianos, con una favorabilidad del 75.9%, y Juan Manuel Santos aliado con una justicia corrupta sigue intentando acabarlos e igualarlos con los Narco-Terroristas de las FARC. ¿Habrá mayor desconexión con el pueblo?


@JuMaJaRa

21 octubre, 2013

“POR ESO ESTAMOS COMO ESTAMOS”




Seamos nosotros el cambio que Colombia necesita, pues finalmente la decisión está en nuestras manos.


“POR ESO ESTAMOS COMO ESTAMOS”.
Esta frase a la cual recurrimos para explicar el estado actual de nuestra sociedad cuando observamos algún acto indebido por parte de ciudadanos o funcionarios públicos, resulta en la mayoría de las veces graciosa, pero cuánta realidad se esconde detrás de ella.

Me vienen a la cabeza inmediatamente las imágenes de Merlano, cuando fue detenido por la policía y se negó a realizar la prueba de alcoholemia, y la imagen fresca de Carlos Enrique Martínez, el concejal de Chía que evadió también, en su camioneta blindada, un retén de la policía y genero una persecución policial que pudo haber terminado en tragedia debido a las infracciones que se cometieron mientras esta ocurría.

Estos son apenas los casos que conocemos, pero ¿Cuántas otras cosas no sucederán de las cuales nunca nos enteramos? ¿Cuántos abusos del poder se presentarán a diario sin que se hagan públicos? Es un tema que me preocupa, porque a una clase política desprestigiada per se, estos excesos, por parte de funcionarios inescrupulosos, sólo terminan por agudizar esa pésima imagen y generan una gran repulsión en los ciudadanos que ven con muy malos ojos a sus dirigentes.

Lo cómico y paradójico de esto es que son exactamente esos ciudadanos indignados los culpables de dicha situación. En múltiples ocasiones he podido observar a personas que se dicen orgullosamente apolíticas, con explicaciones como que la política de este país les da asco, que todos los políticos son bandidos, que todos son ladrones, etc, etc. 

¿Acaso no somos los ciudadanos los que escogemos a nuestros dirigentes políticos? Esa es la pregunta que hay que hacerle a esas personas. Su apatía nos ha llevado al extremo de ver dentro del concejo de Bogotá a un lustrabotas. Y no es que yo tenga algo en contra de este oficio que como cualquier otro es respetable, es que estoy convencido que para tener una mejor ciudad, para tener un mejor país, nuestros dirigentes políticos tienen que ser personas preparadas y capaces de entender las diferentes situaciones o problemas para poder solucionarlos de raíz. 

Es sorprendente la cantidad de personas que realmente no merecen ocupar cargos públicos, bien sea por su moral, por sus méritos, por sus conocimientos o por la forma en que llegaron a estos cargos, y desgraciadamente son ellos quienes determinan el futuro de nuestra sociedad.

Los políticos no pueden seguir siendo elegidos por estómagos vacíos, pues esto nos lleva a que el que pague la mejor marranada, o la fiesta más grande en la que más licor se regale, es el que termina por sacar la mayoría de los votos.

Confío en que el avance de la tecnología permitirá a los electores conocer más sobre los candidatos, pero no está demás que todos colaboremos con nuestros amigos, familiares y conocidos, para que todos ejerzan su derecho al voto, que en mi opinión debería ser obligatorio, y de paso ilustrarlos un poco sobre las hojas de vida y el pasado de los candidatos más populares, para que por lo menos tengan una base sobre la cual puedan decidir.

Si queremos ayudar con un cambio para una mejor sociedad, debemos empezar a trabajar en la cultura del voto.

Seamos nosotros el cambio que Colombia necesita, pues finalmente la decisión está en nuestras manos.

@JuMaJaRa