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Imagen tomada de http://radiomacondo.fm |
¿Quién dijo que usted era la
paz? ¿Quién dijo que Colombia está sumida en una guerra?
¿Podría responderme esas dos
preguntas señor Presidente?
¿En qué momento Colombia se
volvió un campo de batalla, dónde nos estamos matando unos a otros?
Queridos lectores, a estas
alturas del partido una gran cantidad de pensamientos y sentimientos me nublan
la cabeza y me dificultan, más que nunca, escribir un artículo. ¿Cómo organizar
tantas ideas en tan corto espacio?
Intentaré, sin mucho
preámbulo, poner todos mis pensamientos y sentimientos organizados de manera sencilla
y en palabras simples.
Tenemos un Presidente
obsesionado con una reelección que, definitivamente, no le pertenece. El
candidato-Presidente ha apelado a toda clase de mañas y trapisondas, buscando
la caída de su contrincante y la simpatía de un pueblo que se encuentra más
apático que nunca, irónicamente gracias a él mismo.
El daño que Juan Manuel
Santos ha hecho a la democracia colombiana es inconmensurable; su estilo
mafioso, de arreglar todo con dinero y regalos, ha logrado erosionar la poca
cultura democrática que tenemos en este país, dónde, la predominante pobreza,
hace que los votos se muevan caudalosamente a quien más regale y no a quien
mejores propuestas tenga para solucionar los problemas de raíz.
No contento con lo anterior,
el Presidente ha sumergido al país en una falsa dicotomía en la que supuestamente
deberemos elegir entre la paz o la guerra.
No, en Colombia NO estamos
en guerra, nosotros vivimos bajo una amenaza terrorista de varios grupos
delincuenciales, que no conocen límites, y que además hace mucho perdieron sus
ideales (si es que alguna vez los tuvieron). Esos grupos Narco-Terroristas se
enfrentan con la fuerza pública, con el poder del estado que, por mandato
constitucional, debe proteger a cada colombiano.
En Colombia no estamos
librando una guerra por conquistar un territorio, o porque estemos divididos
por diferencias en ideales, por el contrario, las FARC y estos grupos
terroristas nunca han gozado de popularidad y prueba de ello se refleja en las
encuestas dónde no marcan más de un 2%.
Yo no veo en Juan Manuel
Santos calidades, ni siquiera parecidas, a las de la Madre Teresa de Calcuta o del
célebre Mahatma Gandhi, cómo para pensar que él es la paz. De hecho veo todo lo
contrario, su campaña sucia, sus discursos insultantes y sus comerciales
desagradables muestran su bajeza. ¿Cómo creerle a Santos que es la encarnación
misma de la paz, cuando en un audio que salió a la luz pública el día de hoy lo
escuchamos hablar de su campaña en términos de guerra, artillería y municiones?
¿Es ese el lenguaje de un pacifista? Permítanme dudarlo.
No nos dejemos envolver en
ese discurso de “los de la paz” y “los de la guerra”, que nada tiene de cierto.
Por el contrario unámonos en torno al candidato de las propuestas, apoyemos a
Oscar Iván Zuluaga que ha demostrado tener las cualidades y el conocimiento
necesario para gobernar este país, no permitamos que la publicidad negra del
actual mandatario siga minando nuestra confianza. A Santos le dimos la
oportunidad hace 4 años y la desperdició, démosle ahora la oportunidad a
Zuluaga que con seguridad no nos defraudará.
Puntilla: Apoyo la idea de
que quien aspire a la reelección no debería tener derecho a hacer campaña, sus
obras deberían hablar por sí mismas.
Son sólo ideas.
@JuMaJaRa